Lalo es sex-influencer: se saca fotos desnudo y pone en escena su cuerpo para sus miles de seguidores en las redes sociales. A través de una convocatoria, incursiona en el mundo del porno profesional, donde hace un casting para interpretar a Emiliano Zapata en una película sobre la revolución mexicana. Manuel Abramovich toma la pornografía como punto de partida para reflexionar sobre la frontera entre lo íntimo y lo público, lo real y lo virtual, el deseo y la necesidad de afecto en un mundo hiperconectado.