LINA DE LIMA Son los días previos a Navidad. Diez años han pasado desde que Lina (40) viajó a Chile para trabajar de empleada doméstica lejos de su hijo que vive con su abuela en Perú. Manuel (42), un antiguo patrón, le encarga supervisar la construcción, en su nueva casa, de una piscina para su hija Clara (10). En este espacio a medio habitar, Lina pasa durante el día al cuidado de Clara, mientras por las noches, tiene furtivos encuentros sexuales con desconocidos que la confrontan con su profunda soledad.